El paso de los años relativamente anestésicos
me reveló que tus palabras no fueron simplemente ondas sonoras que superaban los 90 decibelios,
sino frecuencias resistentes que todavía resuenan alto en mi mente en un intento de romper las barreras del sonido inminente
provocando irreversibles daños colaterales
que no responden ni a los más rebuscados analgésicos
y que días tras día continúan cicatrizando cada uno de mis versos:
vocablo por vocablo, sílaba por sílaba, letra por letra.
Versos presos que disparan mi tensión cardiac,
ansiando la libertad
en una atrofiada realidad
El dolor en el tiempo es insoluble,
pero sí es
Llevas tanto tiempo viviendo bajo mi piel,
desgarrándome desde mis adentros.
Por mis venas corre sangre saturada por tu aliento
mientras tu presencia está en cada célula de mi cuerpo.
A veces quiero que te vayas pero eres inaccesible.
Si te vas arrancarás una parte de mí
pero si te quedas acabarás conmigo.
Soy una sombra de tu existencia,
quizás esa es mi táctica y estrategia
para ser tuya, más allá del amor y de la gloria.
Estamos juntos en esta batalla,
juntos hasta nuestra derrota.
Escribo sobre la ausencia llenando de letras el papel,
escribo sobre la inocencia ensuciando el papel.
escribo sobre el odio arrugando el papel.
escribo sobre el rencor desgastando el papel.
escribo sobre la pasión quemando el papel,
pero también escribo sobre ti, ignorando el porvenir.
Si todavía te preguntas por las calles congeladas en enero,
¿Acaso no sabes que el otoño se rinde hoja a hoja por ti?
Aunque con tan solo una mirada anticipes el calor del verano,
no tendrás perdón ladrona de mil y una lágrimas de abril.
Volver a la playa,
desvestir los recuerdos hasta que duela,
como siempre, hasta que duela.
Ya subirá la marea,
ya borrará mis huellas.
Si es cuestión de navegar por el mar de la memoria,
fuerte habrá que remar.
Olas,
olas y paranoias,
paranoias regresivas,
siempre regresivas.
Hay olas que se llevan castillos,
pero no hay viento que se lleve las consecuencias como cenizas.
Paranoias regresivas,
siempre regresivas.
Hoy me bajo del carrusel
en este insólito lugar
antes de que este viaje acabe en un siniestro total para firmar la abdicación del papel
que tú jamás llegaste a corroborar.
Ya no recurriré a los fotogramas del pasado;
no viajaré en aquel vagón donde cruzamos miradas, donde intercambiamos direcciones
que nos llevaron al ojo del huracán.
Ya no alimentaré utopías en busca de cobijo
en tu mirada de fría intención
que atentaba contra mi vida
y sin ninguna explicación.
Esperaba. Su mirada estaba anclada en las manecillas del reloj. De repente, sintió la rabia devorar su ser como una planta carnívora. Era el lugar; por fin había llegado el momento. Inundó las calles de gasolina y vio caer la última ceniza de su cigarrillo, que prendió la ciudad, el planeta y el universo. A su vez, observaba todo desde un rincón neutral de la red del espacio-tiempo. El fuego se puede mirar eternamente, pero la cuestión es que todo apestaba de la misma puta manera.
Esperaba... Mentira; simplemente llevaba matando el tiempo durante toda su vida.
Primaveras trituradas,
recuerdos cristalizados,
sentimientos disecados,
conversaciones sin anestesia
y por fin tu cuerpo gélido entre mis brazos,
como una gota de lluvia suspendida en medio de la tormenta.
Aunque mis manos estén bañadas en sangre,
yo sigo siendo igual de cobarde.
El paso de los años relativamente anestésicos
me reveló que tus palabras no fueron simplemente ondas sonoras que superaban los 90 decibelios,
sino frecuencias resistentes que todavía resuenan alto en mi mente en un intento de romper las barreras del sonido inminente
provocando irreversibles daños colaterales
que no responden ni a los más rebuscados analgésicos
y que días tras día continúan cicatrizando cada uno de mis versos:
vocablo por vocablo, sílaba por sílaba, letra por letra.
Versos presos que disparan mi tensión cardiac,
ansiando la libertad
en una atrofiada realidad
El dolor en el tiempo es insoluble,
pero sí es
Llevas tanto tiempo viviendo bajo mi piel,
desgarrándome desde mis adentros.
Por mis venas corre sangre saturada por tu aliento
mientras tu presencia está en cada célula de mi cuerpo.
A veces quiero que te vayas pero eres inaccesible.
Si te vas arrancarás una parte de mí
pero si te quedas acabarás conmigo.
Soy una sombra de tu existencia,
quizás esa es mi táctica y estrategia
para ser tuya, más allá del amor y de la gloria.
Estamos juntos en esta batalla,
juntos hasta nuestra derrota.
Escribo sobre la ausencia llenando de letras el papel,
escribo sobre la inocencia ensuciando el papel.
escribo sobre el odio arrugando el papel.
escribo sobre el rencor desgastando el papel.
escribo sobre la pasión quemando el papel,
pero también escribo sobre ti, ignorando el porvenir.
Si todavía te preguntas por las calles congeladas en enero,
¿Acaso no sabes que el otoño se rinde hoja a hoja por ti?
Aunque con tan solo una mirada anticipes el calor del verano,
no tendrás perdón ladrona de mil y una lágrimas de abril.
Volver a la playa,
desvestir los recuerdos hasta que duela,
como siempre, hasta que duela.
Ya subirá la marea,
ya borrará mis huellas.
Si es cuestión de navegar por el mar de la memoria,
fuerte habrá que remar.
Olas,
olas y paranoias,
paranoias regresivas,
siempre regresivas.
Hay olas que se llevan castillos,
pero no hay viento que se lleve las consecuencias como cenizas.
Paranoias regresivas,
siempre regresivas.
Hoy me bajo del carrusel
en este insólito lugar
antes de que este viaje acabe en un siniestro total para firmar la abdicación del papel
que tú jamás llegaste a corroborar.
Ya no recurriré a los fotogramas del pasado;
no viajaré en aquel vagón donde cruzamos miradas, donde intercambiamos direcciones
que nos llevaron al ojo del huracán.
Ya no alimentaré utopías en busca de cobijo
en tu mirada de fría intención
que atentaba contra mi vida
y sin ninguna explicación.
Esperaba. Su mirada estaba anclada en las manecillas del reloj. De repente, sintió la rabia devorar su ser como una planta carnívora. Era el lugar; por fin había llegado el momento. Inundó las calles de gasolina y vio caer la última ceniza de su cigarrillo, que prendió la ciudad, el planeta y el universo. A su vez, observaba todo desde un rincón neutral de la red del espacio-tiempo. El fuego se puede mirar eternamente, pero la cuestión es que todo apestaba de la misma puta manera.
Esperaba... Mentira; simplemente llevaba matando el tiempo durante toda su vida.
Primaveras trituradas,
recuerdos cristalizados,
sentimientos disecados,
conversaciones sin anestesia
y por fin tu cuerpo gélido entre mis brazos,
como una gota de lluvia suspendida en medio de la tormenta.
Aunque mis manos estén bañadas en sangre,
yo sigo siendo igual de cobarde.
Current Residence: Kaliningrado- Barcelona Favourite genre of music: Post-Rock, Rock, Ambient, Shoegaze, IDM, Dubstep, Classical Favourite photographer: Helmut Newton